Tras el EP que tan buen gusto nos dejó llega la banda con su primer larga duración. Muchas horas de carretera y muchísima experiencia en esto del metal atesoran Kiske y Hansen como para hacer un mal disco pero todo es posible en el reino del heavy.
De los temas no incluídos en el EP podemos comentar que "Souls alive", en su versión definitiva, gana varios enteros con unos arreglos orquestales que engrandecen aún más el pelotazo de canción que es. "Never too late" ya comienza avisándonos de que va a tener una melodía de esas hímnicas para cantar en los conciertos a voz en grito. Enorme.
"I´ve tried" es uno de los mejores temas del disco. Inicio ambiental para llegar a un riff más hard rockero que otras veces y un desarrollo marca de la casa que les servirá para ganar muchísimo dinero. "Star rider" ya nos indica desde su título que es el corte típico de Hansen en el que el metal clásico se une a las nuevas tendencias en su justa medida.
"Never change me" opta por la onda más pop y melódica para hacer las delicias del personal. "Renegade" tiene un riff brutal que la banda trabaja como nadie, tema curioso aunque quizás peque de demasiado comercial. "King for a day" es un tema con pegada a lo Survivor y un toque ochentero que nos parece muy acertado. "We rise" es uno de los temas más heavy clásico del disco y se convierte en otro de nuestros favoritos. "No one ever sees me" es el clásico medio tiempo de los discos de los ochenta que podrían haberse ahorrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario