Jane´s Addiction - Live in NYC (crítica)

Jane´s Addiction editaron hace ya algunos meses este DVD en directo que ahora os comentamos. La banda se fue al Terminal 5 neoyorquino para ofrecer un show con todas las características del grupo. La caleidoscópica tela que envuelve el fondo del escenario es la mejor metáfora de la música de la banda. 

Desde finales de los ochenta lleva el grupo demostrándonos que el rock no era lo que pensábamos. La imaginación de Perry Farrell se unió al talento de Dave Navarro para crear una banda irrepetible que ha vuelto con más fuerza que nunca. Perry, como siempre, tarda unos dos temas en calentar la voz aunque en este concierto ya desde el segundo tema empieza a mejorar para reventar con un "Just because" genial y un "Ted, just admit it..." para la historia.

Su hit single "Been caught stealing" y una de las canciones más alucinantes del último lustro, "The irresistible force" de su último disco, nos siguen demostrando que Perry sigue teniendo ese aire a lo Pavlovsky, esa altivez de maestro de ceremonias del Paralelo de lo más rockero, esa ambigüedad que tanto le ha servido para que hablen mal de él (a pesar de estar casado con una de las bailarinas) y esa genialidad para cantar como sólo él puede hacerlo entre sorbo y sorbo de su botella de tinto.

Dave Navarro, alejado de otras fórmulas comerciantes, demuestra que esta es su banda, lo da todo y lo crea todo. Stephen Perkins a la batería y Chris Chaney al bajo son la base rítmica de todo este entramado sonoro que nos sigue demostrando que jamás habrá una banda como ellos. "Up the beach", "Ocean size" y "Three days" caen como balas a tu cerebro demostrando todo lo anterior.

Si tras esa andanada de clásicos te disparan con "Mountain song" parece lógico que no puedas recuperarte ni de la calidad que derrocha de la banda, ni de un Perry en estado de gracia en lo vocal y todo esto en comunión total con el público. "Stop!" es la siguiente parada en la locura sonora y la banda echa el resto. "Jane says" cierra un concierto épico y más que recomendable. Una nueva prueba de que el rock tiene otras fronteras sonoras y otra forma de entenderse.