Barón Rojo - La película (crítica)

Barón Rojo fueron la primera banda nacional de rock en vender un millón de discos. El año pasado hicieron una gira de reunión y este documental recoge tanto las sensaciones de esa gira como la historia de la banda que triunfó en Reading  que luego desapareció por las ya famosas desavenencias que ni el tiempo ni la reunión han podido borrar.

Sherpa y Hermes por un lado, los de Castro por otro y así siguen. Sherpa lo dice en el documental, "tras el último concierto ni se despidieron de nosotros, no esperes más cosas de ellos. Ni hasta luego. No sé a qué atenerme. Es incómodo". El verdadero eje de la banda sigue siendo Sherpa, su voz, las letras de Carolina Cortés y su forma de entender la música son insustituibles.

Es más, a los propietarios de Barón Rojo S.L. sólo hay que juzgarles por lo que siguen haciendo. Ya lo ha comentado Sherpa recientemente, "prefieren hacer una versión de The Who a que grabáramos un disco como Barón Rojo todos juntos". Al menos Sherpa sigue tocando, acaba de editar disco, con Hermes. De los hermanos de Castro no sabemos si quedarnos con sus críticas a gente como Yosi o Rosendo o con su concepto de la música.

El documental comienza casi teatralizando ciertos momentos y termina brillantemente con un Sherpa rajando y con un Hermes en el mismo sentido. Lo dice bien claro Hermes "esperaba mucho más". La imagen de la exposición de pintura y escultura de Sherpa en Villaviciosa y las imágenes de Barón Rojo, ahora sí viajando como grupo, yendo a Alemania certifica la ruptura total o la incoherencia de seguir adelante con dos chicos jóvenes y no con la formación original que les dio tantísimo dinero a los hermanos.

La participación de gente como El Pirata, Carlos Tarque, Escobedo, Bunbury y Castejón completa la opinión de la banda a la que todos reconocen su valía pero también sus problemas.La cinta nos cuenta cómo un grupo subió y bajó en apenas unos años. Una pena que  no podamos tenerles como tenemos a sus contemporáneos Obús. Interesante y sincero documental.