"Son of the sentinel" abre el fuego y es muy convincente al incluir partes rápidas, un bridge más tranquilo y ser muy cañera. La producción sin embargo adolece de frescura y el sonido suena bastante enlatado. "Strike of the viper" es puro Priest de la era de Jugulator y entra a la primera. "Reap the whirlwind" tiene un riff a lo Killing Machine demostrando Downing que es el terreno en el que se encuentra más a gusto a la hora de componer. Tema eficaz que no defrauda.
"One more shot at glory" tiene una intro clásica que sirve de alfombra roja para la descarga de un riff que recuerda bastante al del tema de Judas del que parece derivar. Por suerte, hay elementos diversos que terminan por convertirlo en uno de los puntos álgidos del disco. "Hymn 66" arranca con música eclesial y una voz gutural, cuando el tema se rompe hay un riff de metal clásico impresionante que le da al corte un aire épico de enorme interés.
"The sinner rides again" arranca con la clásica introducción sin electrificar antes de convertirse en un medio tiempo para terminar siendo un cañonazo de metal. No nos extraña que haya sido elegido como el tema título, ya que, posiblemente es el más destacado del disco. "Keeper of the graves" tira de acústica para comenzar y es la power ballad del álbum. En su parte central deriva hacia el heavy metal sin tapujos consiguiendo un espléndido resultado.
"Pledge of souls" tiene un riff marca Downing y unos coros que lo hacen ideal para los conciertos. Nuevos cambios de ritmo suponen un acierto total y un derroche de energía. "Wash away your sins" repite la fórmula de la introducción con música religiosa y el cambio de ritmo posterior que te lleva directamente a terminar con metal de excelente calidad.
¿Convence el disco? Sí. ¿Es un esfuerzo que se debe valorar? También, pero no termina de convencer. La sombra de Judas Priest es alargada para cualquiera e intentar ser una especie de banda de versiones con temas nuevos no es la fórmula del éxito. Aparte, una producción más limpia y alejarse de los tópicos, el grupo necesita un letrista solvente cuanto antes, se agradecerían muchísimo. Nos alegramos de la vuelta de Downing, pero no tanto de que se repita siempre el mismo patrón sonoro. Mientras que llega lo nuevo de Priest, bien está este aperitivo al que no le falta calidad y grandes momentos.
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