Se trata de un medio tiempo en el que Freddie comienza susurrando y poco a poco va alcanzando los tonos habituales. Un solo de Brian tras la primera estrofa da lugar a una segunda en la que el cantante sigue confirmando que es, posiblemente, el mejor de la historia. La entonación, la letra y la energía que transmite son marca de la casa.
El estribillo es fantástico y de esos que te motivan a seguir adelante en tu vida. Porque, como bien dice, hay que afrontarlo todo en solitario. Enorme la parte central con el cambio de ritmo y con los tarareos de un Mercury en estado de gracia.
Mientras el tema se encamina hacia su final parece decaer, pero llegado al fondo se impulsa hacia el silencio. Inconmensurable corte de una banda única.
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