viernes, 9 de septiembre de 2022

Ozzy Osbourne - Patient number 9 (crítica)

Regresa Ozzy Osbourne con un segundo disco en relativamente poco tiempo. No sabemos si será el último, pero se ha acompañado de lo más selecto del rock. ¿Nos habrá sorprendido una vez más o todo lo contrario?

"Immortal" (con Mike McCready) tiene un riff endiablado que conquista a la primera. Gran melodía vocal de un Ozzy que canta como en No rest for the wicked, gran tema con un estribillo pegadizo marca de la casa. "Patient Number 9" (con Jeff Beck) fue el primer single y sigue sorprendiendo cómo va creciendo a medida que va llegando el solo de guitarra. Es un claro recuerdo a la etapa de Ozzmosis que se salda con muchísimo acierto.

"Parasite" (con Zakk Wylde) incluye un riff que no puede negar a su autor. El toque machacón se mezcla muy bien con un Ozzy pletórico, es uno de esos cortes que denominamos gemas escondidas y que crecen con cada escucha. "No Escape From Now" (con Tony Iommi) es, como bien dice el cantante, lo que se esperaría de Black Sabbath en la actualidad. Tiene un toque a "Planet Caravan" que no tarda en desaparecer a golpe de riffs del Iron Man. Suena bastante a 13, pero es un temazo.

"One of Those Days" (con Eric Clapton) une al gran Clapton, que hace un trabajo excepcional, con un Osbourne que sabe moverse bastante bien en los medios tiempos como este. Quizá te suene demasiado a otros temas, pero si lo escuchas varias veces detectarás matices novedosos que lo convierten en otro de los grandes cortes del disco. 

"A Thousand Shades" (con Jeff Beck) arranca con un Ozzy recordando a otras etapas. Arrastrando las palabras, con una melodía endiablada y con otro corte repleto de pinceladas clásicas, se abona el príncipe de la oscuridad al medio tiempo para marcarse una especie de balada con influencia de The Beatles que le ha quedado perfecta.

"Mr. Darkness" (con Zakk Wylde) nos lleva casi a los tiempos de Blizzard of Ozz con una producción muy de los años 80 del pasado siglo. Con un inicio tranquilo, la llegada del poderoso riff central se te mete en el cuerpo a la primera. En directo debe ser una pasada poder escuchar una canción como esta. 

"Nothing Feels Right" (con Zakk Wylde) es, casi oficialmente, la balada del disco. Lisérgica y caleidoscópica, es, posiblemente, el mejor medio tiempo del disco. Contrasta potencia y elegancia de forma muy equilibrada. "Evil Shuffle" (con Zakk Wylde) es una canción descarada, con aires de rock de los 50, con una fuerza increíble, con un estribillo comercial y con una coda setentera. ¿Qué más se puede pedir?

"Degradation Rules" (con Tony Iommi) es otro de los cortes que podríamos esperar de un futuro disco de Black Sabbath que Ozzy ya ha anunciado que jamás grabará. Grande Iommi y mejor todavía un cantante en estado de gracia en otro corte histórico. 

"Dead and Gone" mucho nos tememos que este corte es uno que no entró en alguno de los discos de Ozzy, suena a The Ultimate Sin, pero con algunos toques más modernos. "God Only Knows" es uno de los versos de "Fire in the sky" que ahora se convierte en otro medio tiempo de la etapa de No more tears"DARKSIDE BLUES" cierra el disco haciendo honor a su nombre. Les ha quedado un blues clásico mezclado con la modernidad de lo más curioso.

¿Es el mejor disco de Ozzy? No. ¿Nos vamos a basar en la excusa de que tiene más de 70 años y de que su salud no es la mejor? Tampoco. Lo que sí hacemos es reconocer que el mero hecho de que quiera seguir grabando discos es loable. El exceso de medios tiempos está justificado por su voz. Los invitados le arropan bastante bien y él sigue siendo el amo del hard rock potente con estribillos incuestionables. Teniendo en cuenta lo que se publica hoy en día, quizá no esté a la altura de su leyenda, pero sí es un disco con algunas canciones que no tardarán en convertirse en indispensables.





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