miércoles, 27 de agosto de 2014

Opeth - Pale communion (crítica)


Opeth regresan al panorama musical con un nuevo disco que, según ellos mismos, es la continuación lógica de Heritage. La banda ha vuelto a "defraudar" a los fans de su primera época con un trabajo más enfocado al hard rock/metal de los setenta que a las escalofriantes melodías vocales de sus inicios.



Eternal Rains Will Come

Desde el inicio nos damos cuenta de que estamos ante un corte de rock progresivo de los setenta con un montón de pinceladas de bandas que están en la mente de todos. La labor del batería destaca sobre el resto de instrumentos. La banda se muestra muy experimental en este tema hasta que rompe el riff principal desde el teclado. Un nuevo pasaje instrumental, muy a lo Camel, nos lleva de la mano hacia una estructura precisa y preciosa. La melodía vocal es lo que solíamos escuchar en los discos de los 70. El solo de guitarra es mágico. Una obra maestra para empezar.








Cusp of Eternity

Seguimos con el rock progresivo aunque se intuyen sendas sonoras algo más duras que en el corte anterior. La voz rompe el riff con una claridad magnífica. La canción va cogiendo cuerpo poco a poco con unas melodías árabes, que tan del gusto del grupo son en estos últimos tiempos, y con unos bridges absolutamente magistrales. Otro gran solo de guitarra y la banda en plenitud instrumental. Segunda gema del disco.



Moon Above, Sun Below

La batería vuelve a tener protagonismo y sirve de base a la melodía vocal al inicio de la canción. Aquí sí encontramos algunos toques de los Opeth más sinfónicos e incluso de los primeros discos. Las melodías siguen siendo enrevesadas y el grupo abusa, en el buen sentido, de la melodía para ofrecernos un temazo del que destacamos su energía, su bridge acústico que rompe en un coletazo de rock maravilloso y el final del tema por su épica. Once minutos de la mejor música que pasan volando.
  


Elysian Woes

Otro inicio tranquilo para un corte que sigue por los caminos acústicos aunque con muchos escondites que le quitan el polvo a tu memoria de amante de este tipo de rock.



Goblin

Desde el riff progresivo, de lo más tradicional, sabemos que estamos ante un nuevo ejercicio de experimentación. El riff sobre el riff, las vueltas de tuerca a las estructuras, el toque setentero de los teclados y la banda en grado superlativo en un tema instrumental de los que hacen época.



River

Nuevo inicio acústico, melodías folk, rock tranquilo, otro gran solo de guitarra y un ejercicio de volver a la música más básica aunque no tarda la banda a tirar hacia las cimas del progresivo una vez más. Una joya.



Voice of Treason

Desde el principio la voz va marcando la pauta de una canción que también va arrancando poco a poco. Los teclados hacen las veces de base musical, la batería vuelve a tener mucho protagonismo y la banda encuentra otra forma de engancharnos.



Faith in Others

Violines acompañan a la voz que logra emocionarnos con una melodía que sale directamente del corazón. El piano marca el inicio de otra parte del tema  más rockera y emotiva que la anterior. El final regresa al inicio en un bucle que sirve de coda a tan magistral disco.

La banda no sólo acertó en sus comentarios previos a la edición del disco sino que han ido mucho más allá. Si su disco anterior ya no te gustó no te recomendamos éste, si te agradó aquí vas a encontrar muchísimo más. Disco de rock progresivo de los que los grandes grupos del género ya no son capaces ni de imaginar. Adquisición obligada para los amantes del género.

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