Por mucho que Axl Rose te caiga mal y que el grupo no sea ni la sombra de lo que fue hay que reconocerles que fueron el último estertor del metal ochentero y una patada en la cara al mundo musical. Tras la muerte de las hair bands el rock sucio de Los Angeles pobló los tocatas de medio mundo con uno de los mejores discos de la historia, Appetitte for Destruction, de ese discazo os dejamos este Nightrain.
viernes, 17 de abril de 2009
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