Metallica - 72 seasons (crítica)

Fue Toni Iommi el que dijo que el punto de partida de un disco de Black Sabbath era una cinta con varios riffs y que le pagaban por elegir los mejores para crear canciones. Los dos últimos discos de Metallica tenían momentos brillantes, pero mucho de corta y pega de riffs poderosos que no iban a ningún sitio. En esta nueva entrega, la banda se tira al monte y recuerda bastante al que para un servidor es su mejor álbum: And justice...for all.

"72 seasons"

Abre el fuego un tema que tiene todo lo que ha convertido a Metallica en una de las bandas más importantes del mundo. Riffs que se te meten por la piel, un Hetfield cantando en tonos graves (ojalá haga lo mismo en directo porque ganará bastante) y una banda en estado de plenitud se marcan un corte de cerca de ocho minutos al que no le falta de nada.

"Shadows follow"

Tiene un aire a "The shortest straw" que nos ha conquistado a la primera. En este caso, los desarrollos de cada riff son mucho más precisos y ya aparece la principal influencia de este disco: los Black Sabbath de la etapa del Sabotage y de los dos primeros discos que grabaron con Dio. Esas pinceladas, y esa sequedad, convierten a este tema en una de las sorpresas del álbum

"Screaming suicide"

Desde que se editó como single hubo cierta controversia por la temática de su letra, pero ninguna sobre que es un gancho de izquierda directo a tu mandíbula. Sorprende por su potencia y por una energía fuera de toda duda.

"Sleepwalk my life away"

Podría ser un tema de la banda de Iommi, de Ozzy e incluso de Iron Maiden con esas guitarras dobladas en la parte central. El homenaje al metal de siempre es tan evidente como emotivo.

"You must burn!"

No te deja ni respirar desde el riff inicial en el que eligen el sendero de su propia historia musical. Recuerda a "Sad but true" y es uno de los temas más sólidos del disco. Enorme.

"Lux Aeterna"

Fue el primer single, algunos indican que es un recuerdo de su primer disco, y no les falta razón, pero también es cierto que hay otros elementos heredados de otras etapas de la banda. Como single es un tiro, aunque quizá peque de ser un pelín comercial para lo que se espera de unos Metallica que quieren regresar al metal.

"Crown of Barbed Wire"

Quizá en este tema se permiten regresar a los tiempos de Load y aunque cuenta con algunos pasajes sonoros bastante interesantes, se queda a medio camino y no termina de explotar.

"Chasing light"

Quizá, es el corte que más recuerde a And Justice...for all y eso nos encanta. Tiene distintas partes y melodías que entran a la primera. Sin duda, otro de los momentos álgidos del disco.

"If darkness had a son"

Fue otro de los cortes de adelanto y, posiblemente, el que mejor capta la filosofía de todo el disco. Es bastante completo y consigue convencer a la primera escucha de su indudable calidad. En directo tiene que sonar a gloria.

"Too far for gone?"

Su inicio tiene mucho de los temas menos conocidos, por el público en general, de Master of puppets. Es en el desarrollo cuando tiran por otro camino sonoro que entronca más con los cortes anteriores. También hay bastante del disco anterior, pero no llega a ser ese tema que te convence a la primera.

"Room of mirrors"

Es uno de esos cortes en los que se permiten jugar con tendencias ligeramente progresivas, pero siempre con los pies en el suelo. La melodía vocal quizá es algo repetitiva, pero es bastante probable que se trate de ese aire conceptual que se le quiere dar al disco. Buen tema.

"Inamorata"

El cierre ha sido considerado por muchos el mejor tema de Metallica en estos últimos 15 años. Con más de 11 minutos de duración, el cuarteto confirma que gana más al tener espacio para desarrollar sus ideas plenamente. La introducción es muy interesante y va sentando las bases para ir formando una amalgama de riffs que no dejan de crecer. Los primeros cuatro minutos mantienen una estructura bastante clara de medio tiempo y con una letra para leer detenidamente. Llega un engarce, de nuevo sonando a Black Sabbath a lo bestia, y el mejor solo en todo el disco de Kirk. Justo después, comienza una parte lenta en la que el bajo de Robert adquiere todo el protagonismo, tras un estribillo se convierte casi en un homenaje a "Orion", ese tema inolvidable del grupo. Poco a poco, regresa el riff principal a convertirse en el eje de un tema en el que el grupo demuestra su indudable adaptabilidad a terrenos más técnicos. El gran final, dando el 100 %, es el mejor colofón al disco.

No les des por muertos, no pienses que se han vendido y no se te ocurra dejar de escuchar este disco. No nos pagan por decir esto, pero nos han convencido. Si de 12 temas hay unos 9 de excelente calidad, poco más se puede pedir tras 40 años de carrera. Imprescindible.