Teniendo en cuenta que Iron Maiden son los autores del primer disco de heavy metal que escuché, el mítico Piece of Mind, siempre he respetado sus discos por más que desde Powerslave hayan apostado por una senda cada vez más progresiva. En este nuevo disco, el primero doble de estudio de la banda, hay más de hora y media de música. Analicemos el contenido de este trabajo.
If eternity should fail
El inicio con un sintetizador nos hace pensar en lo peor, afortunadamente la banda regresa a la senda de su citado disco del 84 y se marca un imponente tema de apertura. Estos sí son los Maiden que siempre quisimos aunque le sobren teclados a algún que otro pasaje de la canción. Enorme el pasaje central con Nico a tope.
Speed of light
Importantes los riffs marca de la casa. Dickinson cantando bastante bien, buen estribillo y tema potente como single. Quizás suene a más de lo mismo pero tenemos que reconocer que el grupo ha escogido bien.
The Great Unknown
El inicio recitado sólo aventura grandes sensaciones. Cuando explota el riff nos encontramos de nuevo con la banda que apuesta en este corte por su última etapa musical. La parte central aburre por repetitiva, el tema no logra remontar.
The Red and the Black
Harris se luce con el bajo haciendo unas escalas que no llegan a convencer. El riff es demasiado parecido al de "Rime of the ancient mariner" y quizás por intentar repetir la misma fórmula el tema parece el hermano pequeño de esa gran canción. El riff es de una banda alemana de power metal de tercera división. El recurso de los "uoooh" para que la gente los cante en los conciertos no nos convence. Cuando se rompe el riff principal llega una gran decepción, los teclados suenan más que las guitarras y esto es mal síntoma. Alargar tanto un tema sin emoción no conduce a ningún sitio.
When the River Runs Deep
Virtuoso riff de arranque, Bruce canta con rabia, la banda parece seguirle y la canción explota con un corte más roquero que los anteriores. Interesante cambio de registro que tampoco supone un cambio en la dirección del disco pero que agrada.
The Book of Souls
Comienzo con una guitarra acústica que va apuntando el riff del tema. No tarda en llegar la energía con un riff que recuerda un poco a "Powerslave". Enorme Bruce llevando el peso de la melodía. Enorme el final. Así sí, esta es la canción de Maiden que todos queremos oír.
Death Or Glory
Corte rápido con riff que parece sacado de los años ochenta. La banda se reinventa en un corte de esos que, mucho nos tememos, se termina convirtiendo en gema que nunca tocarán en directo.
Shadows of the Valley
Riff que recuerda a "Wasted years", cambia el ritmo para ofrecernos una canción marca de la casa. Interesante aunque los riffs no llegan a enamorar.
Tears of a Clown
Tema dedicado a Robin Williams. El corte no es una balada, se agradece, pero le falta pegada y no llega a enganchar bien con el oyente.
The Man of Sorrows
Inicio lento el de este medio tiempo que intenta, en su parte central, emocionarnos sin conseguirlo. Prescindible.
Empire of the Clouds
De este tema se ha hablado bastante. Está compuesto por Dickinson y Harris opina que es "una obra maestra". El inicio con un piano, de nuevo apuntando la melodía, nos hace pensar en lo mejor. Tras dos minutos de introducción entra la voz, sigue la misma melodía hasta los ocho minutos cuando intenta el grupo convencernos con un riff de aprendiz, luego viene otro más pasable pero ya han pasado diez minutos desde que escuchamos la primera nota. Al final vuelven a repetir la parte del principio. Un desastre.
El disco tiene temas buenos, pasajes de brillantez y poco más. No sólo no es lo que esperábamos de Maiden sino que deja entrever una serie de problemas que la banda no logra solucionar en sus últimos discos. A ver qué hacen en directo con este puñado de canciones de complicada factura. Complicado lo tienen tras este decepcionante, largo y aburrido disco.
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