domingo, 26 de octubre de 2025

Una historia muy heavy (crítica)



La llegada de Mariano Muniesa a RTVE fue vista por algunos como la panacea. ¡Por fin llegará el rock a televisión! ¡Seguro que ganamos en presencia! decían algunos. Por los más de 100 000 euros que se lleva de nuestros impuestos, lo mínimo es que utilizara su tiempo en diseñar documentales como este.

No vayas tan rápido. ¿Pensabas que se iba a hacer un documental sobre la historia del rock duro en España en plan anglosajón? En la vida. Más bien, llamamos al Mariskal, en cuya emisora colabora Muniesa, al promotor del Leyendas del Rock y a otros dos colaboradores para hablar de Barón Rojo y de Obús. El resto lo tocamos de pasada y si podemos pues a muchas bandas ni las mencionamos.

No voy a valorar el legado musical o la actitud de Barón Rojo y Obús. Ahí están sus discos y sus entrevistas para el que quiera conocer mejor ciertos detalles. Lo que no me parece de recibo es ignorar a una banda como Los Salvajes que fueron decisivos para pasar del rock clásico al duro. Tampoco entendemos que aparezcan Medina Azahara y Triana de manera testimonial y que se invite al cantante de Warcry como representante de las bandas que no son de Madrid. Del rock radical vasco ni una sola palabra.

Se dice en el documental que en los 90 el rock duro, y no digo heavy metal porque dentro de ese género solo podemos encuadrar a tres bandas de las que aparecen en el documental (Zarpa, Ángeles del Infierno y Saratoga), pasó de moda y ello obligó a los de Castro a trabajar fuera de la música y al Fortu a abrir un restaurante. 

¿Nadie recuerda que en esa década Los Suaves y Barricada llenaban todos los pabellones del país? ¿Por qué se saca de la ecuación a Héroes del Silencio que triunfaban en todo el mundo? ¿Acaso Loquillo no hacía rock duro en esa época? Las respuestas a estas preguntas nos llevan al habitual punto de partida de los que comandan el documental: el rock en España es un género muy maltratado y los que repartimos los carnés de rockero somos nosotros.

Parecen olvidar que en cualquier país del mundo, una banda de rock puede tocar en televisión o en un festival sin ningún tipo de problema. Si en España no pasa esto es, precisamente, porque se ejecutó el proselitismo de decir «este sí es de nuestro rollo y este no». Crearon un gueto y no supieron cómo salir. 

En definitiva, el documental es más casi un recuerdo de la gira conjunta de Obús y Barón Rojo y termina con el intento de que ambas bandas toquen juntas, pero no hay acuerdo. «El frontman más grande de nuestro país», según ellos es el Fortu, se cabrea y no hay tu tía. Perfecto final que confirma que esa etapa ya se cerró y que si todo se hubiera entendido más allá de Chapa Discos otro gallo habría cantado.


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