También añade todo lo relativo a la elección del cuero como marca de la casa, a la marcha de KK Downing, a la apuesta por Richie Faulkner (comentando incluso el infarto que sufrió) y también cuál será el futuro de una banda a la que, según indica, le queda un ciclo que les llevará hasta 2025 y será entonces cuando se piensen si van a seguir o no.
Pero lo mejor es que Halford reconoce que le encanta descansar en su habitación de hotel, que lleva personalmente sus perfiles en las redes sociales y que es un tipo que jamás ha ido ni de millonario, ni de nada que se le parezca.
La lectura es obligatoria tanto para los seguidores de Judas Priest como para los que quieren conocer qué se cuece tras los bastidores de la banda definitiva del heavy metal. Larga vida a Halford.
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