Es empezar "Song of the seasons" y poner en marcha la máquina del tiempo. La armónica, la acústica y el empaque del tema nos hace presagir lo mejor. "Heading west" es uno de esos cortes de rock que solo puede firmar esta banda, suena a los 70 más que nunca y llega a emocionar. "Change it never gonna'" mezcla la parte más country con un rock elemental que sorprende por su sencillez.
"Canerican" suena bastante a lo que viene haciendo Neil en estos últimos tiempos, predomina su distorsionada guitarra sobre una melodía fantástica. Un temazo. "Shape of you" es puro rock de los 50 pasado por el tamiz de la banda. "They might be lost" tira más hacia el blues siendo un medio tiempo magnífico lleno de sentimiento.
"Human race" nos devuelve a la rabia y a la furia de la banda con un Young desatado en grata compañía. "Tumblin through the years" nos devuelve a los 60 con un piano tan elemental como característico de la banda, uno de los cortes más destacados del disco. "Welcome back" es la lentitud personificada, la calma y la calidad excelsa de una banda con tanto recorrido. Termina la fiesta con "Don´t forget love" donde brillan los toques sesenteros.
El disco se hace bastante corto lo que siempre es de agradecer. El estado de forma de la banda no es el que fue, pero al menos mantienen la dignidad intacta lo que tampoco es fácil en estos tiempos de venderse al mejor postor. Muy recomendable.
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