Si la reedición de Sabotage nos sirvió para escuchar un disco olvidado con un sonido excelente, la que ahora nos ocupa no va a ser menos. De hecho, este es el típico álbum que nadie nombra al hablar de Sabbath y el que, curiosamente, esconde más gemas en una reedición para la historia.
Cincuenta temas inéditos, la remasterización del disco original, una versión de Steven Wilson, varias mezclas en crudo y un disco en directo son suficiente material (un DVD habría sido perfecto) para entender qué supuso este disco para la banda. Nos quedamos con lo que ha hecho Wilson con el disco y con su apuesta por darle el empaque sonoro que merecían unos temas olvidados entre los que destaca, es mi opinión, "Dirty Women".
Pero no pienses que todo es sonido limpio y mirarse al ombligo. El directo refleja tal y como sonaban los Sabbath en la época. La saturación, la distorsión, un Ozzy con una voz bastante tocada y una banda a tope (otra vez con exceso de teclados en algunos cortes) suponen el punto final a un viaje lisérgico a lo que fue el principio del fin a los primeros 10 años de la banda. Esta edición de lujo es tan insuperable como imprescindible para entender que la grandeza de Black Sabbath se extendió más allá de sus discos más reconocidos. Disfrutarás seguro.
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