Muse prometían emociones fuertes a sus seguidores y un bandazo estilístico que marcaría la diferencia. ¿Habrán conseguido su objetivo?
El arranque con el tema que le da título al disco así lo confirma. Esa mezcla de estribillo que recuerda bastante a uno de Marilyn Manson con lo que hacía Marc Bolan nos ha llamado la atención. Poco dura la alegría en la casa del pobre porque con "Compliance" se pasan a la música electrónica en plan Modern Talking para firmar un corte prescindible.
"Liberation" tiene formas de balada de siempre y a medida que avanza aburre bastante. "Won´t stand down" combina los elementos anteriores, pero de manera bastante peculiar. El equilibrio entre las partes electrónicas y las más cañeras se inclina hacia estas últimas. Entronca con el metal más moderno a ratos y con la música marca de la casa. Sorprendente.
"Ghosts (how can I move on)" será uno de los temas que no faltará en los conciertos del grupo. Con un inicio para cantar a voz en grito, sigue como medio tiempo con una base de piano exclusivamente. Curioso, pero algo repetitivo. "You make me feel like it´s Halloween" arranca como un tema de King Diamond, el riff es casi de stoner rock, pero lo estropea esa base de música de pista de coches choque que tanto le gusta al grupo. A ráfagas, es interesante.
"Kill or be killed" sirvió de adelanto y es un corte de metal del siglo XXI con todas las de la ley. Posiblemente, lo mejor del disco con diferencia al confirmar la adaptación de la banda a un género que no le resulta familiar. "Verona" es el peculiar homenaje, o eso pensamos, del grupo a una ciudad llena de encanto que debes visitar si no lo has hecho ya. Otro medio tiempo que va creciendo hasta convertirse en un corte que podrían haber firmado Joy Division en sus peores tiempos.
"Euphoria" es uno de esos temas que solo Muse saben hacer y que se convierte en un caleidoscopio sonoro con enormes dosis de comercialidad. "We are fucking fucked" es un intento más de recordar que esto es una banda de rock, pero siguen ganando la partida los sintetizadores y el resultado, aunque no totalmente despreciable, tiene algo de interés.
Este tipo de bandas siempre juega a caballo ganador. Además, en cuanto digas algo en su contra se convierte todo en el cuento El traje del emperador. Los que reparten el carnet de rockero te dirán que es un disco malísimo, los modernitos que esto es el rock del siglo XXI. Nosotros preferimos que lo escuches y que opines lo que quieras.
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